Nieves Soria
PSICOANALISTA
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ARTE Y PSICOANÁLISIS
 

Conversaciones sobre cine y psicoanálisis - Ciclo sobre la función paterna - Domicilio desconocido, de Kim Ki Duk
Nieves: Buenas noches. Esta es la última de una primera serie de películas que les propuse para trabajar la cuestión de la función paterna. ¿Qué les pareció?

 

Guillermina Ullrich: A mí me llamo la atención lo que le hacía el protagonista a su madre en las tetas, que es justo el lugar de lo maternal, de lo materno.  Y también me dio bronca que la carta apareciera al final,  que la madre tenga que morirse para que eso apareciera. ¿Por qué aparece ahora?, justo cuando está el suicidio ahí ocurriendo llega la carta tan esperada. 

Y otra cosa que me dio bronca también es ¿por qué tenía que perder el ojo?, ¿por qué ella sacrifica su ojo?

 

Florencia Bellini: Respecto a eso a mí me parece que la madre debía correrse para que pudiera aparecer el padre...

 

Nieves: ¿Qué querés decir con eso? ¿Cómo debería correrse?

 

Intervención: La madre estaba ahí, muy presente…

 

Nieves: La madre estaba todo el tiempo tratando de hacer presente al padre, todos los días le mandaba una carta. El tema es que el padre no estaba, no se trataba de que ella se corra o no se corra. Ella estaba desesperada por encontrar al padre de su hijo.

 

Guillermina: Y el padre de la medalla, recién decíamos  que era el único padre que aparecía en cuerpo, palpable. A mí me parecía medio extraña la relación de este tipo, no sé si con la ley, con la ética, ¡él estaba muy contento de haber matado a tres tipos!, y si bien era la guerra y demás, parecía que eso era lo que lo ponía feliz. Y cuando consiguió la medalla también, todo orgulloso por ese hecho, ¿no?  Y su hijo también es un personaje medio extraño.

 

Florencia: Sí, el que miraba a la chica todo el tiempo por la ventana… la mirada está todo el tiempo presente en la película, ¿no?

 

Mercedes Nastri: La mirada y las puertas que se cierran y se abren, ¡con una agresión!

Cuando empieza la película que le tira el baldazo, y se cierra la ventana, las cortinas, se cierra la jaula.  En cuanto a imágenes tengo esa impresión, de la puerta cerrándose, la jaula, la ventana, toda la agresión, que empieza con un baldazo de agua… También está la cuestión de la mirada.

 

Nieves: Sí, porque además la madre estaba tratando de sacarle una foto al hijo, ya que mandaba al padre esas fotos.  Está todo el tiempo esa cuestión de que la madre esta tratando de sacarle una foto al hijo, y ahí es cuando viene el baldazo.

 

Mercedes: Y también cuando el hijo del hombre de las medallas espía a la chica está la cuestión de la mirada a través de la ventana, y está la ventana que se cierra y se abre...

 

Nieves: Lo que se cierra y se abre…

 

Guillermina: Y otra cosa es que el lugar donde vive la mujer, el colectivo, es un lugar que se puede ver desde afuera lo que pasa adentro.

 

Florencia: A mí me impactó el principio de la película, porque lo primero que se ve son  relaciones agresivas, la violencia..  La madre le pregunta algo a la hija y la chica le tira el osito, y sigue el tono agresivo…

 

Alumna: También en relación con la mirada, cuando el pibe la pinta a ella…

 

Guillermina: La pinta con los dos ojos, y yo entendí que ella se enojaba por eso.  Enfocan el dibujo y ella está sin el mechón cubriéndola, con los dos ojos y ella lo ve y se enoja ahí...

 

Intervención: Pero él la ve así, ¿no viste que cuando ella está por operarse él le dice que la quiere así, sin el ojo?  Me parece que él la ve con los dos ojos, que la quiere igual, la quiere con eso…

 

Nieves: No, pero no es que la quiere igual, ¡no quiere que se opere!

 

Florencia: Ella no le cree…

 

Nieves: No le cree que él la va a seguir queriendo siempre.  Ella no termina de apostar por ese amor, por eso después se vuelve más loca, cuando se arrepiente de haber entrado en esa otra vía que le propone el soldado norteamericano.

 

Alumna: Y la madre de ella, cuando se entera de que su marido no estaba muerto, se ve que ella lo que quería era la pensión, se amarga, ¡prefería que esté muerto!

 

Cynthia: Yo creo que el único que tiene una posición amorosa en la película es el hijo del viejo de la medalla, él esta en posición amorosa con respecto a la chica y a todos, se hace muy amigo del mestizo, quiere ayudar a los perros, es menos agresivo, ¿no?

 

Nieves: No solamente menos agresivo sino la víctima de las agresiones, él está en posición de objeto.

 

Intervención: Y hay un momento en la cárcel, un intento de salir de esa posición de objeto, ¿no?

 

Nieves: Pero ya antes hay.  Me parece que es un chico que está en posición de objeto, que está en posición amorosa, pero que no tiene nada para dar, porque el padre no le dio nada.  Recién cuando consigue causar en el padre ese deseo de transmitirle un saber hacer en relación al tiro al arco, recién ahí consigue el título, recién ahí consigue algo para dar, y con eso puede hacer varias cosas, una vez que aprende a tirar puede, fundamentalmente, defenderse. 

Porque este chico está en posición amorosa pero no tiene cómo sostenerla, no puede defender a la chica, la chica es violada delante de sus narices. No está en posición viril, porque para el hombre en el amor no se trata nada más que de amar, sino también de poder ofrecerle algo, de poder protegerla, y él no puede; hasta el momento del viraje, que es crucial, cuando él logra causar en el padre algún deseo de transmitirle un saber hacer –el tiro al arco-, y con eso se arma como hombrecito, y ahí entra en esta otra lógica que tiene que ver con defenderse o con vengarse, pero más viril.

 

Cynthia: También en el mestizo yo sentí un cambio de posición, al principio parecía que estaba  como objeto y después empezó a trabajar, se empezó a defender…

 

Nieves: Vira entre ser un objeto resto del otro por su condición de mestizo, ya que el escalafón era: primero los norteamericanos,  después los coreanos, y luego él. El está en último lugar, es un resto total porque es hijo de un negro, y encima es un hijo sin padre, un bastardo.  Está en lugar de resto, por eso se junta con el otro,  ellos se encuentran o se solidarizan en ese lugar de resto.  El otro (el hijo del viejo de la medalla) más por el lado de la fuerza física, ya que es tan débil físicamente, y éste por su condición de mestizo, esto de que si alguien roba es él, que a él le pagan menos que a los otros…

Entonces él vira de este lugar de resto al pasaje al acto, atacando el cuerpo del otro, generalmente la madre, que es una indefensa. Es el punto canallesco del pibe, va y le pega a la madre.  Y a atacar el cuerpo de su madre, de alguna manera la castiga por haberlo hecho mestizo y bastardo, la culpa a ella de su condición de resto.

Pero hay un momento en el cual él se rebela frente al tipo para quien él trabaja, que mata y vende perros, que está en posición de amo, pero que es el único que le da trabajo. Lo que complejiza la situación es que este hombre es a su vez el novio de la madre. Entonces su patrón termina atacándolo para defender a su novia, que es la madre del protagonista. Y finalmente él mata a este tipo que está defendiendo a una mujer.

En la película aparecen estas mujeres indefensas, a quienes nadie defiende, y este tipo, que es un canalla, que se dedica a matar perros y vender la carne y demás, presenta ese único acto más o menos digno, que es defender a su novia. Y es recién entonces, y no antes, cuando había sido objeto de duros maltratos por parte de él, que el chico se rebela.  

En este chico hay virajes al pasaje al acto, pero no un cambio de posición subjetiva. Más bien se lo que ocurre es que se va profundizando el ataque al cuerpo del otro hasta quitarle la vida. En cambio el otro chico sí logra un cambio de posición, ya que consigue hacer de ese payaso un padre. Ya que, como señaló una de ustedes, este padre realmente es un payaso, es un tipo que lo único que tiene para decir es que mató a tres comunistas. Y también está esa escena al comienzo de la película en que este padre acusa al vendedor de carne de perro de dedicarse a eso y el otro le dice: “Ya vas a ver como vas a terminar vendiendo el tuyo”, y efectivamente, el tipo después va y le vende el perro. 

En ese acto se verifica la ilegitimidad de la posición del padre, que es el punto doloroso para el hijo, ya que ese padre no tiene palabra, es un fantoche, siempre reclamando y mostrando la herida – ahí está la rúbrica de su falta de hombía-, ¡todo el tiempo mostrando las heridas y quejándose de que no le dieron la medalla!  Están todos muertos de hambre, viviendo una situación de crisis total,  en plena guerra, ¡y el tipo quejándose de que no le dieron la medallita! Pero el hijo logra convocarlo al lugar de padre.

Otra cuestión interesante es cómo este pibe fabrica el arma y se lastima su propio ojo. Es la contratara de la escena inicial de la película, cuando el hermano de la chica también hace un arma de fabricación casera y le termina sacando un ojo a su hermana. En esta escena fallida en que este pibe fabrica el arma y pretende defenderse de los que lo roban sistemáticamente, hay algo que lo mueve al padre.  En esa escena termina siendo un payaso, como su padre. Pero esto lo lleva a convocar a este padre a algún modo de transmisión simbólica, casi lo obliga a eso al padre, con lo que consigue dignificarse.  Y esta dignidad lo lleva a ese acto de ir a la comisaría, devolverle la medalla al padre y entregarse por haberle tirado al soldado norteamericano. Es él quien hace padre al padre, en ese acto le da la medalla de padre, devolviéndole  la dignidad al padre también.

 

Guillermina:  A mí lo que me llamo la atención es cómo las imágenes hablan muchísimo, hay momentos en que sólo basta con la imagen, no hace falta nada más, ni que hablen, ni nada… Es algo que noté en las dos o tres películas orientales que vi hasta ahora.

 

Nieves: Sí, lo vimos, y de un modo más marcado todavía, en Hierro 3.

 

Guillermina: No termino de entender la función de la aparición del norteamericano en la película.  No entiendo si la quiere, o si en verdad es una cosa de intercambio.  Porque después, al final parece como que la quisiera, o le dice eso, pero no le termino de creer yo.

 

Nieves: Más bien le hace un reclamo, directamente ligado al intercambio: cómo puede ser que él le consiguió la operación,  le consiguió el ojo, y ella ahora le da vuelta la cara.  Le quiere tatuar brutalmente con un cuchillo su nombre, ¡yo no veo nada amoroso ahí!

 

Florencia: Hay un momento en que le dice “te amo”, y se pone a llorar.

 

Nieves: Sí, y después grita “mami”.  No es nada amoroso, para él se trata de dar y recibir lo que se tiene. También en este caso se verifica la ausencia de la función del padre.

Me parece que ésta es una película que muestra lo que pasa cuando no está operando la función del padre: es un caos por todos lados, la violencia, el régimen del espejo que se traduce en la lógica de “ojo por ojo, diente por diente”.  Es el caos, es el “todos contra todos”. Las películas que estuvimos discutiendo hasta ahora permiten poner en cuestión las condiciones y consecuencias de la caída de las insignias, de los ideales, del padre como emblema.

Esta película ya es un paso más. Hace rato que han caído las insignias y los ideales, pero ni siquiera hay función. ¿Qué es lo que pasa cuando no hay función? Y a la vez, se puede hacer un paralelismo entre los dramas individuales de estas familias sin padre, o de estos sujetos sin padre, y la dimensión social en la que están tomados, ya que  justamente ellos están matando a sus hermanos, Corea del Norte contra Corea del Sur,  mandados por los norteamericanos.

¿Cuándo se matan los hermanos? Cuando no hay función paterna,  como enseña el mito freudiano de Tótem y Tabú. Ellos perdieron su propia función paterna,  están en manos de extranjeros y peleándose entre hermanos. Y los intereses a los que obedecen son los de Norteamérica, no son los propios, y quienes debieran encarnar la función paterna permanecen en un estado de ingenuidad al respecto, como se verifica en la posición del payaso de la medalla.

Los coreanos como país pierden esa unidad que daría cierta función paterna, cuando entra en crisis el sistema que ellos tenían por la guerra entre EEUU y la Unión Soviética. Al transformarse Corea en un campo de batalla entre las dos superpotencias, ellos pierden sus referentes, pierden su tradición, su filiación, pierden sus orígenes y entran en un caos, en una lógica sin padre, sin padre en el sentido de la función paterna.  Tanto los coreanos de Corea del Norte como los de Corea del Sur son objetos, ellos no están decidiendo su destino, y entonces lo que se verifica es que están totalmente tomados por la lógica de la violencia.

Por otra parte, el soldado norteamericano introduce una mirada crítica, les dice a sus compañeros: “Ustedes se creen que estamos luchando por el país? El tipo está desesperado por esa situación de guerra y recurre al consumo, recurre a “comprar” a una chica con la operación, y entra en una lógica cínica de la que no tiene salida, de la que no puede salir.  Pero ahí también se verifica la ausencia de padre, se verifica en este “mami” del final. El no haberse separado de la madre le impide hacer otra cosa con esa situación que está viviendo más que hundirse en la desesperación.

A mí me gustó muchísimo esta película por su poder de transmisión de tantas cosas… En todas esas familias se ve que no está la función paterna operando, y ese caos, ese sufrimiento, esa intranquilidad también, esa cosa de que el sujeto no se sabe lo que le va a pasar al instante siguiente. Transmite la sensación de una falta de orientación, y en ese punto me parece muy interesante lo que señalaba Mercedes, esto de lo que se abre y lo que se cierra. 

Yo siempre digo que la función paterna es una puerta, y es una puerta que no tiene que estar ni siempre abierta ni siempre cerrada. Más bien es la función que permite abrir y cerrar la puerta. Cerrar la puerta cuando hay que cerrarla, cuando hay que decir que no, y abrirla para habilitar al hijo a salir al mundo, a salir de la madre. Ésa es la función de la puerta.  Y en esta película, como bien lo observó Mercedes, todo el tiempo hay problemas con las puertas, ya sea por el lado de la violencia, de lo que se fuerza en el cerrar o en el abrir, como en lo que se transgrede con esas miradas que espían, y eso llevado al extremo de la violación: que ahí entra cualquiera.

El drama central de la película son el mestizo y su madre, es la historia que justamente le da el título a la película, y de alguna manera ese drama da la verdad de todos los otros: ¿dónde está el padre?  Y en ese drama central se ve bien cómo el protagonista queda en un cuerpo a cuerpo con su madre en el que termina mutilándola justamente, como fue señalado por una de ustedes, en la zona corporal materna. 

Ese pasaje al acto da cuenta de cómo, al no poder separarse en lo simbólico, la única vía que encuentra es cortar la teta en lo real, cortar la “mama” en lo real, y ahí, en ese momento en que está por mutilarla, lo que le dice es: “Estuve equivocado todo el tiempo, me arrepiento mucho, yo quiero vivir toda la vida con vos”, de modo que en ese momento verifica la imposibilidad estructural de separarse de la madre, imposibilidad que lleva al acto en el suicidio. En el momento de mutilar a la madre le hace una declaración de un amor imposible de cortar, allí donde no hay Nombre del Padre. 

Podemos hacer un paralelo con “La Carta Robada”, esa carta que en verdad estuvo todo el tiempo ahí. Lacan juega con el hecho de que en francés letra y carta son la misma palabra, lettre. Lacan concluye en que una carta siempre llega a destino, en la medida que vehiculiza la función de la letra. Es la dimensión que se encuentra ausente en esta película, que más bien muestra lo que pasa cuando la carta no llega a destino.

 Y allí está la pregunta que se hacía una de ustedes: ¿por qué la carta llega al final? Porque ya no hay quien la lea, ya no existe el destinatario. Propongo ubicar en la carta-letra la función del Nombre del Padre, como aquel significante tan singular y diferente a los demás que alcanza la función de la letra, la letra que tiene que llegarle al sujeto. 

Esta madre se pasa toda la película intentando que llegue, recurriendo al Nombre del Padre, pero no hay encuentro, y cuando llega ya es tarde. Me parece muy interesante ese punto de cómo a esa carta nadie que pudiera verse concernido por ella la puede leer. El Nombre del Padre como una carta que nadie puede leer, como un significante-letra que no tiene ninguna eficacia porque no le llega a nadie.

También atraviesa toda la película la dimensión de la búsqueda de la función paterna. En el drama central está la carta diaria que envía la mujer al padre del mestizo.  Pero también está ese hijo que busca la función paterna en ese padre payasesco que le tocó en suerte. Y también está esa hija, totalmente avasallada y estragada en su cuerpo por la falta de función paterna, atacada por su hermano y por su madre, luego objeto de una violación, que cree encontrar en la posibilidad de recuperar el ojo cierto recurso alternativo a la función paterna y cómo fracasa estrepitosamente, ya que ahí se encuentra con lo más crudo del desamor, justamente en lugar de dar lo que no se tiene, dar lo que se tiene.

 En ese punto de desesperación, a falta de la función paterna, ella no encuentra otra manera de volver a conectarse con la lógica del amor que la castración en lo real: volver a agujerearse el ojo. Así como entre el mestizo y su madre hay un intento fallido de separación en lo real del cuerpo porque no hay posibilidad de separación simbólica,  en el caso de esta chica la posibilidad de conectarse con la castración en el amor, con el don de la nada en el amor, la encuentra volviendo a sacarse el ojo.

De ahí la imagen en la que se detenía Guillermina, de los tres con el parche en el ojo. Efectivamente, ahí donde no está operando la castración simbólica, encontramos la castración en lo real, y qué mejor imagen que esa. Precisamente en tanto que el campo escópico –eso es algo que trabajamos en el Seminario X- es el que más elude la castración, entonces es donde más claramente se puede ubicar la castración imaginaria o real.

En esta película se ve que en la cultura la función paterna como nombre, no como emblema ni como insignia, sino como nombre sigue estando. Al mestizo lo joden porque no tiene padre, porque es un bastardo, la madre está todo el tiempo tratando de conectarse con el padre y está enloquecida por eso.

 

Guillermina: Yo recién pensaba eso, ¡qué enloquecedor debe ser mandar una carta y que vuelva, que vuelva, que vuelva!, ¡eso enloquece a cualquiera!, no sé si es posible zafar de eso, ¿no?

 

Nieves: Porque ahí además se ve la cuestión de estos hombres que están ausentes por la guerra. La guerra como el pasaje al acto, la salida de la diplomacia y el ataque al cuerpo del otro, la salida del campo simbólico.  Cuando se termina la diplomacia empieza la guerra, es matar o morir.  Esa misma lógica está en juego en lo social. Por supuesto que podemos hablar de una dimensión simbólica de una guerra, pero hay un punto en el que finalmente hay un montón de gente que muere, eso es lo concreto, y se trata de eso: ganan los que matan más gente.  Entonces ahí está operando una lógica que es real, no simbólica, y es esa misma lógica la que saca al padre del juego.

Entonces el padre no está o porque está en la guerra, o porque murió en la guerra, o porque aprovechó la guerra para irse, como el padre de la chica, que se hizo pasar por muerto para poder zafar de una situación familiar que no le iba. En esa familia el padre es degradado al estatuto de mero proveedor por la madre, que lo quiere muerto para poder contar con la pensión. Ahí se ve por qué el tipo se quiso ir con otra familia, el amor de esta mujer era más que dudoso, ¿no?

Entonces, no se puede decir que ésta es una época en la que ya no existe el Nombre del Padre. Está claro que las insignias, los emblemas, que son unas medallitas que no sirven para nada, cayeron. Pero sigue siendo necesaria la función. “Domicilio desconocido” sería justamente el nombre de la ausencia de la función paterna, de la falta de lugar. Un domicilio desconocido es un lugar  inaccesible. Los sujetos de la película no tienen un lugar, de ahí que los conflictos se jueguen finalmente en sus cuerpos, que chocan, en esas puertas que se golpean, que se cierran… Al no estar los lugares instalados, los cuerpos se enloquecen y entran en el régimen del choque.

 

Guillermina: Esto también se ve en lo que decías del americano. Uno podría llegar a pensar que en el ejército podría llegar a funcionar algo como función paterna: el orden,  la jerarquía, etc., pero este pibe descree de todo eso, rechaza eso… 

 

Nieves: Y además en este caso encontramos otro fenómeno propio de la época, que es el recurso a alguna sustancia como manera de calmar el dolor que deja en el cuerpo, en el goce, la ausencia de función paterna. 

Cuando él le da la pastilla a la chica le dice que si él no tomara eso se sentiría muy mal, que no podría vivir, y de alguna manera después la chica cumple también una función así para él, que no es del orden del amor, sino de la necesidad.  Y esto es lo que se escucha en la pareja de adictos, que la mujer es imprescindible, pero no es amor sino necesidad, lo que se escucha es de ese orden, porque el dolor es tan insoportable que no hay lugar para la lógica falo-castración, sino que es un absoluto; de allí que cuando ella toma distancia, él le tiene que escribir en el cuerpo, en lo real del cuerpo, una escritura más cruel que un tatuaje, y no una carta de amor.

No sé quien antes preguntaba si era amor. Bueno, la distancia que tiene esta relación con el amor es la diferencia entre la carta de amor y tatuarle su nombre con un cuchillo en el cuerpo.

 

Guillermina: Si él creyera que hubo un lazo amoroso, o si lo hubiese habido, no necesitaría tatuarle el cuerpo, sabría que dejó una marca en otro lado,  y que ésa es imborrable..

 

Nieves: Exactamente.

 

Mercedes:  A mí me llamo la atención cuando ella se queda fascinada mirando a los perros abotonados, y después la escena de la masturbación con el perrito..

 

Nieves: Si, de eso no habíamos hablado, la cuestión de la sexualidad.  Porque ahí también se ve una versión animal de la sexualidad, una versión desprovista de amor. El amor es lo que hace que el encuentro entre los cuerpos tenga una dimensión poética, y, como dice Lacan en varias oportunidades, el amor, es el amor al padre, de modo que sin amor al padre no hay posibilidad de amor. La función del padre es la función del amor. 

De allí mi insistencia en que no hay amor por la madre. La relación con la madre empieza en el plano de la necesidad, de modo que el verdadero acto amoroso es hacia el padre, al que no hay por qué amarlo, a la madre se la ama porque es la madre. 

De allí el llamado desesperado a “mami” del americano. Ése es el lugar en el que pone a la novia. Pero la cuestión del amor, en el sentido de una elección en la cual está en juego una falta, eso lo instala la función paterna.  La relación con  la madre, al estar en juego la necesidad, no se abre a la dimensión de la contingencia amorosa.

 

Intervención: Hay una seguridad, una garantía, en la relación con la madre, ¿no?

 

Nieves: Obviamente hay madres abandónicas, pero el asunto es éste: al padre hay que adoptarlo. ¿En qué sentido hay que adoptarlo? Es a esto a lo que se refiere Lacan con Bejahung o Verwerfung, y eso no rige para la madre, es con el padre que se trata de lo quiero o no lo quiero, lo como o lo escupo, lo elijo o no lo elijo. En última instancia se trata de lo siguiente: ¿me hago hijo o no me hago hijo?, por eso digo que en ese punto es el hijo quien adopta al padre, y es un acto de amor. 

Es a lo que se refiere Freud cuando habla de la identificación primaria y que dice que se trata de la incorporación del padre, la incorporación canibalística, señalando que el caníbal no se come a cualquier enemigo, se come a aquellos enemigos cuyos atributos ama. A los enemigos a los que desprecia no los come. Para poder comer al padre hay que amarlo, entonces ahí esta la cuestión de la elección.  Al padre se lo elije, mientras que a la madre no se la elige. Obviamente, tiene que haber algo para elegir, es lo que muestra esta película.

Lo que también se ve en esta película es que apenas hay es posible elegirlo, como el hijo del hombre de la medalla, que en lo poquito que encuentra en ese padre, encuentra la posibilidad de armar, de amar, algo ahí.  Pero es cierto que el mestizo no parece tener demasiada posibilidad de elegir ahí, pero también es cierto que él rechaza totalmente esta búsqueda que hace la madre del padre. Habría que ver qué pasaría si el pibe en lugar de atacar a la madre por buscar al padre le pidiera que le hable de él, o se pusiera él mismo a buscarlo. Y ahí está el punto de elección…

 

Guillermina: Y está bueno pensarlo así, porque sino  no hay salida, y te tiene que tocar un buen padre del cual poder servirte. En cambio esta deja un horizonte abierto.

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